La Otra Cara... de Sonia Ruíz Escribano

 

La Otra Cara de Sonia Ruíz Escribano: Conocemos a la mujer como jugadora olímpica de baloncesto en silla de ruedas y diputada de la Asamblea Regional.

Sonia viene de entrenar como todos los días con su equipo fundado por ella misma y ahora patrocinado por la UCAM y nos citamos en el Café Lab de Carmen Conde, en Cartagena.

Laura García: Muchas gracias Sonia por atenderme, que sé que tienes muchos compromisos y vienes de Murcia del entreno.

Sonia Ruíz: A ti siempre.

L.G.: Sonia, queremos saber tus orígenes en el deporte, cómo empezaste y cómo has llegado a ser deportista olímpica.

S.R.: Pues mis orígenes son de antes del accidente… Tuve una lesión medular por un accidente de tráfico en la carretera de Portmán, con diecisiete años. Antes de eso mi vida siempre ha estado muy ligada al deporte. Desde el colegio era la típica niña a la que llamaban para pruebas extraescolares, me decían: “Sonia, hay una carrera de atletismo el sábado a las 10 y tienes que correr los 400m”y yo siempre estaba allí para hacerlos.

L.G.: Entonces, eres una deportista de cuna.

S.R.: Eso es. Sí que es cierto que los deportes de equipo eran lo que más me gustaba. En aquella época ya hacía fútbol sala, voleibol, baloncesto y competía en todo lo que podía hasta el 20 de febrero del 1999 cuando cambió mi vida.

L.G.: (Yo aquí no me atrevía a hablar… era impresionante escucharla)

S.R.: Un día estando en el hospital de parapléjicos de Toledo, ya empezaba a encontrarme bien. Lógicamente estaba afectada por la noticia de no poder andar, pero había pasado tanto tiempo en la cama que darme una silla de ruedas era una liberación del tiempo que estuve sin poder moverme.

Mis amigos y familiares empezaron a acostumbrarse a verme en la silla, pero sentía que me faltaba algo. Un día fui a la zona de deportes del hospital de parapléjicos y vi a gente haciendo deporte y dije ¡esta es la mía!

Recuerdo que desde lejos sentía un olor extraño, como a goma quemada y descubrí que era el olor de las ruedas de las sillas cuando frenaban contra el parqué de la cancha de baloncesto. Allí vi unas sillas diferentes a la que yo llevaba, vi un balón de baloncesto y un aro y dije ¡Ostras que chulo! Fue amor a primera vista…

L.G.: Entonces en el baloncesto en silla de ruedas, las dimensiones de la cancha no varían con respecto a las reglamentarias del baloncesto profesional…

S.R.: El baloncesto es un deporte en el que ya era buena antes y la cancha es exactamente igual, con la dificultad de las sillas, lo que me hacía pensar en lo divertido que tenía que ser aprender la estrategia de jugar al baloncesto en silla de ruedas.

L.G.: Y ya volviste a empezar y a entrenar a tope.

S.R.: En el hospital ya había un equipo de baloncesto, y a los ingresados nos dejaban practicar dos días en semana. En tres semanas ya estaba entrenando con el primer equipo.

 

L.G.: Claro, tú ya tenías experiencia en el baloncesto

S.R.: Sí, yo ya venía con el gesto técnico y sabía jugar. Tras el accidente olvidé toda mi vida anterior y desaprendí muchas cosas para volver a aprenderlas nuevas. Ahora tenía que volver a aprender a vestirme, a moverme en silla de ruedas, subir escalones… me olvidé de cómo jugaba al baloncesto de pie.

L.G.: Y esto te ayudó a ir poco a poco ascendiendo en el deporte hasta llegar a ser olímpica

S.R.: El mismo año de los juegos de Sídney me dieron el alta del hospital de Toledo y me ofrecieron participar con el equipo, pero mis padres querían que volviera a casa. Al principio me enfadé, pero después lo entendí: Cuando estas rodeado de gente en silla de ruedas vives en una burbuja, no es el mundo real. Eso fue lo más duro, por educar a todo mi entorno para no se preocuparan en exceso y no me ofrecieran ayuda si yo no la pedía.

L.G. Y una vez en casa tras el accidente, ¿cómo retomaste tu vida?

S.R.: Adaptaron en instituto para mí, pero yo necesitaba deporte, que había sido mi vida. Todos me aconsejaban nadar pero yo quería baloncesto. Decidí que quería ir a Cádiz a estudiar, y en 2001 entré en un equipo de baloncesto en SR masculino, era la primera chica y encima jovencita, recién accidentada… me echaban de los entrenamientos cada vez que me presentaba.

Pero yo seguía insistiendo un día y otro día porque a mí me daba igual lo que me dijeran. Entonces me dijeron que me quedara en la banda y me dedicara a correr, pero no me pasaban el balón.

L.G.: Y la oportunidad llegó…

S.R.: Un día un compañero se lesionó y necesitaban un jugador. Ese día me dejaron entrar y no he vuelto a salir de la cancha. Poco a poco iba jugando más. La temporada siguiente me llamó la Selección Española y mi nombre ya se escuchaba por varios sitios.

Para la siguiente temporada 2003-2004 ya estaba jugando con el mejor equipo que había en España, en la División de Honor de Baloncesto en Silla de Ruedas de España. Fue una inyección de motivación para el equipo y al año siguiente fiché por la ONCE Andalucía.

L.G.: A partir de aquí todo ha ido en ascenso y tú aprovechando todas las oportunidades

S.R.: Sí, he jugado en Sevilla, pude volver a Toledo donde empecé, vine a Murcia con el Polaris, en Granada, en Australia como la primera mujer en jugar en el extranjero, otro sueño cumplido. He sido la primera mujer en ganar la Liga y la Copa del Rey, Campeonas de Europa con la Selección, primera española en estar dos veces en el quinteto ideal del Campeonato de Europa y primera española en el quinteto ideal del campeonato del Mundo.

L.G.: Y ¿has tenido oportunidad de entrenar, o te gusta más jugar?

S.R.: He sido entrenadora y seleccionadora Sub-22. La carrera de deportista tiene fecha de caducidad y yo tengo 39 años ya. Físicamente es un deporte muy lesivo, estoy reenfocando mi vida a ser entrenadora. Cuando vine a Murcia a montar el club, llevaba dieciocho años fuera de casa, compitiendo por toda España, viniendo sólo en Navidad y días en verano y me perdía todos los acontecimientos familiares: bodas, cumpleaños, etc.

L.G.: Y cómo te sientes al no haber estado en casa estos años…

 

S.R.: He sido muy feliz, viviendo mi sueño y eso requiere este tipo de vida, ya que he podido hacerlo y tenido el valor de hacerlo. Lógicamente se me plantean como persona de casi 40 años ciertos objetivos vitales que son más un cliché que una auténtica necesidad, si lo hago será porque siento que me hará feliz y me apetece. Otras compañeras mías han sido madres, han tenido un periodo de receso y han vuelto a la competición, y yo podría haber hecho lo mismo, pero como estaba tan llena con lo que hacía, nunca encontraba el momento de parar.

 

La discapacidad me ha dado más de lo que me ha quitado, es así. Me ofreció un mundo nuevo de oportunidades que de haber andado no tendría. Me ha permitido conocer muchísimas personas, he podido hacer de mi pasión, mi profesión y además vivir de ello profesionalmente.

 

Hasta montar el club de baloncesto en silla de ruedas de Murcia que tienes ahora mismo…

 

Comenzar un club de cero es complicado, ya que no tenía ingresos, hubo que buscar patrocinadores, instituciones públicas y privadas que aportaran. Tuvimos suerte porque fue un proyecto que gustó nada más salir y muchas organizaciones se interesaron y apostaron por nosotros. Los primeros en darnos la mano fue el Ayuntamiento de Murcia y su Concejal Delegado de Deportes y Salud, Felipe Coello que es un sol al que le debo todos estos años, él trajo los mayores patrocinadores y nos puso a “rodar”, empezamos a competir y ahora mismo estamos con la UCAM que es la institución más importante de toda la región.

 

¿Por qué no en Cartagena?

 

Mi primera opción fue Cartagena para estar cerca de mi familia, y de mi casa. Pero no tuve suerte de que por aquí apostasen por el proyecto. También lo entendí y bueno tuve la suerte de que al concejal de deportes de Murcia, Felipe Coello es un forofo del baloncesto y le encantó la propuesta. También trabajamos la normalización a través del deporte, damos charlas en los colegios a los niños para concienciarles de la importancia del deporte y de la inclusión.

 

Cuéntame en qué proyectos estás trabajando ahora cómo te enfocas de cara al futuro.

 

Divido mi vida en 3 partes: Por un lado la deportiva, luego la profesional que sería mi trabajo en la Asamblea y la personal. En cuanto a mi vida deportiva, el equipo es como mi bebé, que he creado yo desde la nada, en el que he trabajado muchísimo durante los últimos 5 años, hemos conseguido poner a un equipo totalmente nuevo en Primera División al año siguiente de comenzar, y dos veces nos hemos quedado a las puertas del ascenso a la máxima categoría, y una de ellas por el COVID.

 

Ahora el objetivo por supuesto es ascender a la División de Honor y tambien personalmente quiero tener la tranquilidad de que si algún día no continúo con la gestión directa del club, este podrá seguir creciendo. Cuando comenzó el COVID tuvimos miedo ya que sabía que mis patrocinadores lo estaban pasando mal y no sabía en qué medida iban a poder responder a las necesidades que teníamos en el club, y comencé a darle vueltas a la idea, a ver cómo lo podíamos hacer.

 

Entonces me acordé de algunos equipos en los que había estado que tenían un sistema de autofinanciación sin depender tanto de otros patrocinadores y fue cuando surgió el Centro Especial de Empleo vinculado al club.

 

Un Centro Especial de Empleo para deportistas de alto rendimiento es suena muy complicado…

 

Pues en este momento de crisis, y es muy arriesgado, pero estamos decididos. Si todo va como tiene que ir, en enero empezará a andar nuestra nueva empresa, que ya está constituida. El objetivo es, además de darle autosuficiencia al club es ofrecer un desarrollo pleno e integral al deportista. Todos nuestros jugadores del club estudian o trabajan, pero además en nuestro centro van a encontrar un apoyo muy importante.

Porque yo he pasado por esa misma situación: siempre he estado estudiando o trabajando pero mi vida se había centrado en el deporte. Entonces cuando volví a Murcia con 35 años, tras cerca de veinte años fuera, yo no tenía ni una formación académica suficiente para adquirir un buen trabajo y tampoco experiencia laboral.

 

Entonces, cuando estaba montando el equipo me vi sin ingresos ni conocimientos y sin saber muy bien cómo iba a ganarme la vida a partir de ahora. Así que una cosa tuve clara cuando montamos el club fue que mis jugadores serían semiprofesionales y dedicarían una parte del tiempo a labrarse un futuro además de obtener una formación deportiva. Y con este discurso de la Formación Integral del Deportista tenemos a algunos chicos estudiando en la UCAM, otros trabajando… y así cerramos el ciclo de formación.

 

Esto por supuesto tiene un desarrollo e iremos añadiendo nuevos proyectos que vayan enriqueciendo la formación de nuestros chavales.

 

Y en la vida personal… Sin clichés, sólo lo que me quieras y te apetezca contarme.

 

Pues personalmente mi objetivo es llegar a los juegos de Tokio que esperemos que se celebren en las mismas fechas, lo han pospuesto un año y comenzarían 24 de agosto de 2021. Mucha gente me pregunta si me pienso retirar después de los juegos, pero físicamente me encuentro muy bien, así que de momento no lo tengo pensado. Cuando pasen lo decidiré.

 

AUN NO ES EL MOMENTO DE COLGAR LA SILLA, CUANDO PASEN LOS JUEGOS OLIMPICOS DE TOKIO, LO EMPEZARÉ A PENSAR.

 

Mi siguiente objetivo personal es la maternidad. Es algo que no quiero que llegue el día de mañana y me arrepienta de no haberlo hecho, lo tengo en mente. Quizá en su momento acabe decidiendo dejar al menos la Selección, y bajar el ritmo. Pero me hace muy feliz lo que hago, aunque sea muy sacrificado, hasta el año pasado también era entrenadora, y además mi propia entrenadora. Así que era la presidenta, la entrenadora y la jugadora más importante… llevaba mucha carga.

 

Además creo mi estrés resintió el ascenso el año pasado y asumí la responsabilidad de no querer que mis errores perjudiquen al equipo y no le hagan conseguir las metas. Durante el confinamiento tuve tiempo para reflexionar sobre esto y volví a ver los partidos y me di cuenta. El ritmo físico puedo llevarlo muy bien pero el mental es mucho más difícil de llevar.

 

DEJARÉ EL BALONCESTO EL DÍA QUE PITE EL ARBITRO Y NO SIENTA MARIPOSILLAS EN EL ESTÓMAGO, Y PARA ESO QUEDA BASTANTE.

 

Al dejar responsabilidades, como el de ser la entrenadora del equipo, ahora puedo disfrutar mucho más. Ahora mismo contamos un entrenador, que es la única figura masculina del equipo, tenemos el matriarcado hasta arriba... (risas cómplices)

 

Bueno, cuéntanos tu introducción en la política, a quién se le ocurrió la idea que a mí me parece realmente buena.

 

Pues me llamó personalmente el Presidente de la Comunidad, Fernando López Miras y me sorprendió muchísimo. Me pidió una reunión conmigo y al día siguiente nos vimos. En esas 24 horas antes de verlo, yo no sabía qué quería de mí. Pensaba que quería mi punto de vista sobre deporte y discapacidad en la Región de Murcia, pero mi sorpresa fue cuando me ofreció ser el número 3 de las listas por la Comunidad Autónoma.

 

Su argumento era irrebatible: Quien mejor que tú va a defender y apoyar la discapacidad, el deporte y además tener en cuenta las dificultades de ser mujer. En ese momento lo primero que pensé es en cómo iba a afectar esto a mi club y le dije que tenía que pensarlo. Además no sabía nada de política y mi familia votaba a Aguita, así que no sabía cómo iba a caer la noticia. Me dijo que lo pensara y que le llamara en unos días, así que hablé con el club para ver cómo podía afectar. El trabajo en la Asamblea resultó totalmente compatible con el deporte, porque voy a trabajar allí por las mañanas y entreno por las tardes. Así que le dije que sí.

 

Además que mucho trabajo se puede sacar desde casa, como estamos ahora, aunque es más fácil para mí ir allí y trabajar en la Asamblea porque lo tengo todo más a mano, además que tenemos muchas reuniones con colectivos, que aunque ahora todo lo hacemos por videoconferencia, es mejor para mi trabajar desde allí. En este año y medio que llevamos de legislatura me he enfocado como objetivo en sacar la “Ley de Mecenazgo” para que las entidades privadas puedan hacer una buena acción y sean incentivadas fiscalmente.

 

También estamos trabajando muchísimo en temas de accesibilidad. Y ahora estoy conociendo a colectivos de discapacitados y asociaciones y comprendo la lucha activista que llevan. Yo he tenido la suerte de contar con una gran fortaleza mental para sobrellevar e incluso sacar beneficio de mi discapacidad, pero no todo el mundo tiene esta mentalidad. Yo no he sido capaz de entender ni siquiera una depresión, ya que mi actitud innata está por encima y me ha salvado de muchas situaciones.

 

LA DISCAPACIDAD ME HA DADO MÁS DE LO QUE ME HA QUITADO, PORQUE ME HA PERMITIDO VIVIR MI SUEÑO DE SER OLÍMPICA, ENTRE OTROS.

 

Y ayudas a asociaciones y a colectivos también inculcándoles tu fuerza…

 

Yo siempre digo que haría transfusiones de sangre a la gente para meterles pasión por las venas, para que se entusiasmen. Me pone muy nerviosa las personas sin sangre o paradas. Por ejemplo, este fin de semana pasado con el pretexto de empezamos la liga el 14 de noviembre y este lunes fue fiesta en Murcia pues tenía unos días para descansar. Pero por mi forma de ser, a la más mínima ya tengo una excusa para empezar una actividad, quedar con gente y moverme, eso no lo puedo remediar aunque el lunes esté cansada pero me siento feliz.

 

En eso también coincidimos, porque yo sé parar quieta. De hecho este fin de semana he ido a la montaña viernes, sábado y domingo.

 

Eso es una de las cosas que echo de menos, subir una montaña. Es verdad que hay rutas adaptadas y puedes quitarte un poco el mono, pero no es lo mismo. También echo de menos bailar… a veces se me olvida como era yo antes y me acuerdo que bailaba haciendo el indio... sí es verdad que a veces me acuerdo de cosas que hacía y puedo echarlas de menos, pero como de pasada.

 

Porque, posibilidad aunque sea mínima de recuperación, ¿te has planteado?

 

Mi vida, aunque a la gente le cueste entenderlo, está bien así. Mi vida podría ser mejor si llegara a la estantería de arriba… puede ser, pero como de todas formas soy bajita no lo habría notado mucho. Pero a cambio, el dolor que voy a tener que sentir durante mucho tiempo por las operaciones, rehabilitación… si a mí me aseguran que el día de mañana hay una operación que me asegura que volveré a caminar y sin dolores, diría que sí, pero si me va a costar parte de mi vida esa recuperación, no.

 

Es que para ti no es un impedimento estar en silla de ruedas. Hemos quedado en el Café Lab de Carmen Conde porque a mí me gusta y es un sitio agradable, ni siquiera he pensado si es un sitio adaptado…

 

Efectivamente, a mí no me supone ningún problema, y ni siquiera te he preguntado yo. De hecho, mañana voy a una visita a la Autoridad Portuaria y no sé si estará adaptado. Confío en que lo tengan en cuenta, pero no lo pregunto ni lo veo como un requisito.

 

Y volviendo al deporte…

 

Una de las cosas que más me gustan de este año, es que aunque hay Selecciones Masculina y Femenina, los equipos de la liga son mixtos. De hecho este año es el primero que vamos a ser seis mujeres en el equipo, es la primera vez que vamos a salir a competir 5 chicas contra lo que haya delante, y estoy muy contenta con mis compañeras.

 

Cuéntame algunas actuaciones que tienes con tus jugadoras.

 

Pues hoy por ejemplo, una jugadora ha venido con su hija a entrenar así que le hemos resuelto el problema de la babysitter, le hemos buscado una profe de inglés a su hija. Luego les buscamos trabajo a otras… por eso es lo de montar el Centro Integral de Empleo. Tenemos mujeres que con 20 años son maravillosas, con historias increíbles e incluso que han recibido acoso por la discapacidad. Ahora esta chica está en tercero de psicología en la UCAM que la tenemos becada allí, con notas de matrícula de honor y además juega como los ángeles. Tenemos otra que está trabajando de ingeniera en una empresa en Murcia y es compañera mía desde que empecé, nos conocimos en la Selección en el año 2003 y hemos vivido mil batallas.

 

Además el periodo de la Selección fue terrible porque no jugábamos bien así que no se apostaba por nosotras, hemos estado un poco ninguneadas hasta que empezamos a crecer y a tomárnoslo en serio hasta que estamos ahora clasificadas para unos juegos, campeonas de Europa en 2016. Hemos creado una asociación para fomentar el deporte femenino y cada verano trabajamos en Campus con niñas con discapacidad, en Madrid.

 

Mucha gente te preguntará: ¿tú duermes?

 

Pues tengo una vida muy normal, me levanto temprano y saco a mi perra, luego voy a la Asamblea a trabajar y de allí pues si tengo reuniones o visitas las hago y luego todos los días tengo entreno en Murcia de 3 a 5 así que tengo que salir de donde esté para ir. Si me da tiempo paso por el gimnasio, o sigo con mi trabajo para la Asamblea: iniciativas que quiero presentar, etc. También tengo tiempo para tomar algo con mis amigos.

 

El fin de semana normalmente se compite, pero el domingo es para mi sobrino, pase lo que pase. De hecho el club lo monté aquí para poder pasar tiempo con él.

 

Y para ponerle el broche de oro a esta completa revisión de tu persona, Sonia, te pregunto: ¿Qué les dirías a los jóvenes que ahora mismo están desesperanzados con su situación, o no ven salidas, tan claras como las tenías tú en su momento, añadiendo la minusvalía?

 

Pues es una pregunta difícil… no me gusta dar consejos, yo no lo digo sino que lo hago. Me gusta mucho ser un ejemplo de cómo afronto la vida. Para mí lo más importante es vivir con pasión, vivir desde el amor y dejarte la piel en lo que haces. Todo lo que decidas estará bien siempre que sepas luchar por ello.

 

Comentarios