Inmunidad de Rebaño: Término atribuido al 70% de la
población y a nosequé de pillar las vacunas, cuando todos los pasajeros de
primera clase estén embarcados -digo, inmunizados- como con los botes
salvavidas del Titanic.
Pero
cuando yo oigo este concepto y no puedo evitar pensar en el tema del momento, en
aquello que nos saca de nuestro contexto para no estar hablando todo el día de
lo mismo, en aquello tan tan tan interesante que yo que no tengo la antena de
la tele puesta me entere en conversaciones de peluquería del tema más candente
en España… Oh My God! Rociíto y su teatro.
Sí
amigos, el tema no es la falta de ayudas a las empresas que cierran por la
corona-crisis, el juicio por los sobres "yo no sé nada, a mí que me
registren" ni siquiera el exceso de ego de un hombrecillo muy feo pero con
un ansia de poder enfermizo, que hace de su capa un sayo con España entera o
con Madrid mismo, que le está más a la mano.
Ya
estamos inmunes a todo esto, ya no nos escandaliza nada, ya sólo queremos ver
la tele tirados en el sofá tras currar diez horas por mil euros que se quedarán
en cien tras pagar facturas de monto ascendente, como las tarifas eléctricas
(donde estarán colocados estos hombrecillos al dejar la política pero no su
alto tren de vida), y lo hacemos sin rechistar porque no tenemos ganas de más
líos.
No me malinterpretes,
estoy a favor de no dejar pasar maltratos de ningún tipo, ni físicos, ni
psicológicos, ni de nada de nada. De lo que sí estoy en contra es de que los
medios de comunicación masivos y gratuitos decidan qué debemos sentir o pensar
ante una determinada historia, contada de forma muy sesgada.
No
defiendo a ninguna de las partes, no se trata en entrar en bandos. Lo que
defiendo es la libertad de opinión, de pensamiento, de emoción y de la palabra
escrita de la arriba firmante.
Mi
opinión es que para que esta buena muchacha, a la que le faltan varios
hervores, pueda seguir viviendo sin dar palo al agua, es necesario una
maquinaria de comunicación perfectamente orquestada, aderezada con los
ingredientes más vendibles y fácilmente identificables por el espectador
despistado.
Fíjate en
la comunicación no verbal: Vestida de rosa, con el pelo largo, sentada para dar
imagen de cansada, con la mirada llorosa, en un programa del corazón que ven
90% mujeres, hablando de un tema desconocido para quien no lo ha vivido, por
tabú y por difícil de demostrar: la violencia psicológica.
A mí no
me la pegas, #yonotecreoati (A TI, puntualizo). Te puede servir para echar unos
días de trabajo y llevarte un millón de euros limpios, pero a mí no me engañas.
Una mujer que ha sufrido violencia psicológica de verdad no hace eso. Cuando
sufres violencia psicológica tienes la autoestima tan baja que te cuestionas
que lo que te diga él sea verdad, te cuestionas hasta si te mereces el aire que
respiras.
Si no me
crees, te invito a que vayas a una reunión de un CAVI (Centro de Víctimas de
Violencia de Género) y las escuches hablar de sus maltratadores. Escucha a
mujeres que no lo han tenido todo tan fácil y a pico de royo como esta chica,
escucha lo que tienen que decir. La violencia de género es otra cosa, no lo que
nos quiere vender la cadena amiga.
No he
visto ninguna asociación de mujeres hacerse eco de las denuncias de esta chica,
ni apoyarla, ni defenderla, porque no es necesario. Ni he visto que quiera
reconciliarse con sus hijos. Sí que he visto a un hombre perder un trabajo al
que va todos los días desde hace 22 años. A mujeres insultándolo, aunque no lo
conozcan ni sepan su verdad. A niñas diciendo en Instagram que ya no se compran
las medias de la marca que lleva su hija porque es una tal o una cual.
He visto
una excelente campaña de comunicación y marketing audiovisual con unos
resultados asombrosos. Pero sigue siendo eso, una campaña de comunicación de un
producto que está siendo promocionado para su venta. En este caso, el producto
es el pensamiento común, en favor de subir el caché de una persona sin estudios
ni trabajo ni habilidad conocida.
Me
gustaría saber el día a día de esta chica, cuántas
horas se dedica a estudiar (asignaturas troncales o guiones de teleserie, me da
igual) pero a estudiar. Cuantas horas a su cuidado físico y mental, a hacer
ejercicio, a cocinar saludable para ella y para sus hijos, a dar amor a su
familia. Cuántas horas se dedica a escribir para ayudar a otras mujeres a
superar obstáculos que tú ya has superado, o a enseñar a perdonar a los que te
hicieron daño, como Irene Villa.
Yo
también necesito pasta, nena, pero no necesito llorar para
conseguirla. Creo que utilizar un tema tan delicado y sensible como la
violencia machista es abuso de poder, y hace que a las mujeres que realmente lo
necesitan (que algunas son las que te siguen a ti) no las crean del todo cuando
cuentan su verdad, tan distinta a lo que tú quieres vender de lo que es
violencia machista.
Tenías
a tu disposición a toda España si te hace falta para transmitir el mensaje que
tú quisieras, y has elegido el mensaje más sangrante y amarilleado posible porque
es el que más dinero te daba, lo que también cuestiona el tipo de entretenimiento
que tenemos.
Te
invito desde esta tribuna a cuestionártelo todo, todo lo que veas y todo lo que
oigas, hasta a veces todo lo que sientas.
Párate
un momento y deja que tu sentido común y no la ira fabricada para ti por un
creador de emociones experto en neuro marketing emocional te dicte cuál debe ser
tu opinión acerca del tema del momento. Cuestiona todo lo que hace la mayoría,
sé diferente y no tengas miedo de nadar contracorriente.
Feliz camino
:)
Laura García Sánchez,
para Murcia Plaza
Ingeniera en Telemática.
Docente de Formación Profesional.
Especialista en Comunicación
y Marketing Digital.
Twitter.......................@LauraGarcia_IT
LinkedIn...........Laura García Sánchez
Muy bueno el desarrollo. Estoy bien por cien con todo lo que dices. A esto se dedica Telecinco, a retroalimentarse de sus propias miserias sin importarle el daño a otras personas
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo, por el apunte. Y gracias por la lectura. Nos vemos en el siguiente post.
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